Entrevista a Sergio Marchant “El Rugby y el Deporte son el Alma del Mackay”
Su paso por el colegio Mackay dejó una importante huella por varias generaciones de ex mackayinos. Y es que su particular manera de enseñar fue motivo de inspiración para la vida de mucho de sus alumnos.
Conversamos con nuestro querido Sergio Marchant, quien se desempeñó por varios años en el departamento de deporte, un espacio desde donde volcó esa tremenda vocación que lo hizo tan especial entre los cursos que tuvo a su cargo.
“Ingresé al colegio en el año 1978 gracias a Julio Kramer. Entré sin saber mucho de rugby que era el deporte que se practicaba en el colegio. Trabajé como profesor de deporte, pero en el intertanto me di la oportunidad de ir aprendiendo más del rugby”. Así parte relatando lo que fueron sus inicios como profesor del Mackay, momentos que comparte desde una fría tarde canadiense, país en donde se encuentra actualmente radicado.
Sergio Marchant recuerda a ese primer curso que tuvo a su cargo. Eran pequeños alumnos de tan solo 5 o 6 años, con quienes compartió gran parte de su vida escolar, por eso rápidamente se le vienen a la mente sus nombres. “Cada uno de mis alumnos fue especial. Con muchos mantengo conversaciones hasta el día de hoy y nos juntamos cada vez que voy a Chile. Fueron momentos muy lindos. ¡Imagínate que los vi crecer!”.
Su particular manera de enseñar lo hizo ser una persona muy querida, no solo entre los alumnos, sino también entre los padres. Fue un vínculo que se fortaleció en el tiempo y que logró trascender más allá de las fronteras del colegio. “Siempre sostuve que una cosa es la vocación y otra es el trabajo. A mis alumnos les enseñaba como a mis hijos. Tenía la convicción de que había que educarlos para la vida”,
Y acá muchos recordarán la historia que Sergio utilizaba para motivar en sus clases con el cuento “No quiero, No Puedo, y Probaré” ¿Les suena? “Un profesor debe entregar lo que sabe, pero en beneficio de la vida y potenciando siempre las cosas positivas”.
“Y en cuanto al rugby, sin duda que este deporte es el alma del colegio. Es lo que lo mantiene vivo y es el que entrega los valores que finalmente muchos ex mackayinos han aplicado a lo largo de sus vidas. Para mí el Mackay se convirtió en un momento determinado en mi familia. Fue una etapa muy especial en mi vida, la que recuerdo con gran cariño”.